31 julio 2009

Futuro de cine: Macarena Gómez. Nuestra extraterrestre favorita



Queda muy bien decir que en el cine gustan los actores sobrios, que no sobreactuan y que logran transmitir cantidad de sentimientos y sensaciones con mínimos gestos. Aunque es verdad hay que decir que hay otro tipo que también lo son. Los “especiales”. Una serie de actores que sólo al ver su cara llenan la pantalla porque son únicos e intransferibles. A veces tienen el riesgo de ser excesivos y provocar el recelo de mucha gente pero son ellos. Eso le pasa a alguien como Macarena Gómez. Una película con ella sabe que va a tener un toque especial y diferente.

Gómez es única ya en su cara. Esa mirada mapache acompañada con esa físico de extrema delgadez la hace propicia de una belleza extraña. A eso la acompaña una forma de hablar tremendamente singular, con ese maravilloso y peculiar acento andaluz, que no afecta a su dicción. Con esos datos, Macarena puede eclipsar a cualquier compañero con el que comparta escena. O puede acabar con la paciencia del espectador. Cuestión de gustos pero Macarena Gómez siempre juega en el filo. Y domina como nadie las claves de la comedia. O mejor dicho, de su comedia. Ella es tan, tan personal que crea una película para ella misma. Sólo había que verla en Sexy Killer. No le importó cargarse en sus espaldas todo un protagonista para lograr que pensáramos que esa película no podría existir si no la protagonizara ella. Todo un show de Macarena Gómez. Y si la cuestión es comerse a sus compañeros de reparto no hay problema. Ahí tenemos El calentito o la serie La que se avecina, que deja claro que cuando ella está en el plano los ojos del espectador van hacía esa mirada tan singular.



El cine español tiene en Macarena Gómez a alguien singular y especial. No sólo para la comedia. Gómez tiene un buen potencial dramático si ella (y los creadores que le den papeles) saben encauzar bien su carrera. Sin perder su “toque extraterrestre” pero sin acabar siendo una parodia de si misma. A las personas especiales y con algo diferente al resto hay que saber cuidarlas. El cine lo tiene en Macarena Gómez. Una joya extraña que no es de este mundo.

28 julio 2009

Joyas a reivindicar: I'm not there. Bob Dylan, dividido y humillado


Hace tiempo me encontré con un hecho sorprendente y que se repite cada cierta frecuencia. Se estrenaba en España la comedia Adivina quién protagonizada por los cómicos norteamericano Bernie Mac (recientemente fallecido) y Ashton Kutcher. El día del estreno fui a ver la cartelera fui a ver el periódico y me di cuenta que la peliculita de marras estaba prácticamente en multitud de salas de la ciudad. Es más la película tenia un numero de copias en España absolutamente increíble (por su elevada cantidad). Es resumen, una película que no había destacado por tener unas grandes criticas en su país, con un humor muy localista (estadounidense), una estrella sólo conocida en el país norteamericano (Bernie Mac), otro conocido por ser el esposo de una estrella de capa caida como Demi Moore (Ashton Kutcher)...algo que no debería ser muy atrayente para el público europeo no sólo se estrenaba en España sino que arrasaba en número de copias. Incomprensible. Y en el otro extremo tenemos I’m not there (titulo cogido de una preciosa y desconocida canción de Bob Dylan). Este film “sólo” tiene nombres como Bob Dylan, Todd Haynes, Cate Blanchett o Heath Ledger. ¿Su estreno en España? Nunca ha sucedido.

Viendo I’m not there podemos ver las claves de porqué el film ha sufrido una vergonzosa incomprensión. Acercarse a la figura del elemento de cultura popular vivo más importante de una manera común y lineal parece harto complicado. Dylan es demasiado grande para hacerlo de esa manera. Martín Scorsese lo hizo a través de declaraciones e imágenes en su indispensable No direction home y, según dicen las buenas y malas lenguas, acabo hasta las narices del lenguaje cifrado y el hermetismo que ejerció Dylan en el documental. El universo dylaniano es tan inmenso que hacer una típica biopic podía ser un error inmenso.



Por suerte tras la cámara había un genio como Todd Haynes que ya había demostrado en la inmensa Velvet Goldmine que poco creadores saben acercarse al mundo de la música como él. I’m not there se acerca a Dylan sin hablar de Dylan. Nos acerca a Woody Guthrie, Arthur Rimbaud, a ese Jude Quinn que “traiciona” a su público para hacer crecer su música hasta limites insospechados cargando con un tremendo peso (la famosa “electrificación”) ... Dylan está ahí sin aparecer. Él no está allí pero sí su esencia. Con el poderío visual de Haynes estamos ante un poema repleto de metáforas de quién fue Dylan y, especialmente, que quiso decir con su música. Un hombre extraño que supo reinventarse y cambiar su carrera (cosa que pocos saben hacer) para adquirir nuevas formas de hacer magia. I’m not there habla de sus contradicciones, odios, raíces e ideas. Es Bob Dylan sin serlo. Sin estar allí, en la película, el alma de de Dylan está en cada fotograma. Por eso quizá no se haya estrenado. No es una película sobre un mito sino sobre su alma. Y eso es demasiado complicado de digerir para algunos.

PD. I’m not there tiene una de las mejores bandas sonoras (de varios autores, no de compositor al uso) que yo haya oído jamás. Las canciones de Dylan pasadas por el talento de Cat Power, Tom Verlaine, Sonic Youth ... Por eso motivo también os enlazo al programa que realizó Fernando Miró en QPH? sobre I’m not there, en particular, y Bob Dylan, en general. En este espacio se pueden escuchar algunas canciones de la banda sonora. Una gozada. Podéis escucharlo pinchando aquí

25 julio 2009

El día que nos quisimos un poco más



Hace diez años no dijimos: "nosotros podemos hacerlo". Lo hicimos. Y todo cambió para siempre.

24 julio 2009

Series de cine: American Dad!. Cuando Seth MacFarlane dio en el clavo



La mayoría de gente que me rodea es fan de Padre de familia, yo, en cambio, no sé como tomarmé la serie de Seth McFarlane. Admiro su contundencia, algunos de sus personajes (Brian y Stewie son grandes) y la brillantez de algunos de sus gags. Pero, en mi humilde opinión, a veces peca de caer en el chiste fácil y adolece de cierta originalidad. En resumen, me parece una serie de momentos que se puede disfrutar más viéndola a ratos que un capitulo entero. Por eso me sorprendió lo genial y redonda que me parece la serie post-Padre de familia de MacFarlane, American Dad! .

Quizá debería estudiar mi bipolaridad ya que American Dad! tiene muchas similitudes con Padre de familia. Núcleo familiar, humor políticamente incorrecto, cierto parecido en el trazo de personajes....pero si se rasca podemos ver que American Dad! mejora en mucho el trabajo anterior. Es como si MacFarlane hubiera encontrado el punto ideal puliendo errores anteriores. El primer punto a favor es que American Dad busca un argumento y le da importancia a que la historia tenga una coherencia. Es verdad que son dibujos para adultos y que el surrealismo y lo absurdo son protagonistas, pero eso no quiere decir que los guiones no intenten contar algo (cosa que a veces parecía en Padre de familia). American Dad! rezuma mala leche y ataques directos pero también inteligencia y buen gusto.

Que la trama gire en torno a la familia de un agente de la CIA (Stan Smith, ultrapatriota y, por supuesto, idiota) permite a MacFarlane elaborar un efectivo y divertido mensaje sobre Estados Unidos. Para reírse de su país pero también de la visión que tienen los norteamericanos en el mundo y la que el mundo tiene de ellos. American Dad! sabe como reírse de todos trabajándose cada chiste y cada gag (algunos realmente geniales). Esa mirada critica y exagerada le da a la serie un salto de calidad sabiendo esquivar cierto humor facilón en el que podía caer, a veces, Padre de familia. American Dad! es Padre de familia pero también es Los Simpson, Futuruma, South Park.. Sabe beber de todos (incluido él mismo) para lograr un producto más pulido y perfeccionista. MacFarlane ha encontrado su cima con American Dad, una manera de seguir siendo brutal y directo con inteligencia. Que Estados Unidos bendiga American Dad!.

20 julio 2009

Finales de cine: La Cosa. No hay enemigo, no hay esperanza



John Carpenter es uno de los grandes de la historia del cine reciente. Precisamente no por ser (afortunadamente) un esteta, ni querer mostrar al mundo un virtuosismo especial. Carpenter es grande por ser un director contundente y directo, que sabe como ir a las raíces del miedo sin efectismos baratos. Es por eso que se puede ver mil veces La Cosa y seguir maravillando, o mejor dicho horrorizándonos, con la pesadilla que viven estos científicos.

Es esta una película con un monstruo al que no se le ve y eso contribuye a que la sensación de horror y desesperanza esté en el aire continuamente en la (quizá) obra cumbre carpenteriana. Pocas películas transmiten tanta asfixia como La Cosa. Y no sólo durante el film sino horas después de haber acabado la historia la misma sensación de ahogo y vacío nos continua martilleando la cabeza. Carpenter consigue eso con un final completamente demoledor. Y lo es demoledor, como el cine de Carpenter no necesita piruetas ni fuegos artificiales, para mostrarnos que aunque al final se mate al malo eso no significa que “haya un final feliz”.

La ecuación que ha vendido el cine (hollywodiense principalmente) es que al final de la película el bueno mata al malo y todos felices y contentos se van a comer perdices. Carpenter juega con ese axioma de una forma absolutamente perversa. El malo, el monstruo muere o desaparece aunque tampoco lo tenemos muy claro. Los héroes consiguen acabar con él (¿seguro?) pero no hay felicidad. Acabaran muriendo congelados con una muerte lenta y dolorosa, por supuesto esto nos lo imaginaremos porque ya sabemos que da más miedo si creemos que una cosa va a pasar que si vemos que pasa. Es una película con monstruo que muere al final. Pero ni vemos su muerte ni los heroes salvan sus vidas. Además, ¿quién dice que ninguno de los dos protagonistas está infectado?. Perverso.

Esa imagen de Kurt Russell y Keith David bebiendo y pasándose una botella en medio de la fría Antártida esperando la muerte debería quedarnos para siempre en nuestras cabezas. Aunque los malos puedan morir a los héroes les puede esperar un final mucho peor. Un final que se creará en nuestras mentes.

16 julio 2009

Publicaciones de cine: Cinemedi. Festivales de cine de la Comunidad Valenciana y algo más



Si la última palabra que decía Charles Foster Kane en Ciudadano Kane era Rosebud, la mía seguramente sea Cinemedi. Este es el nombre de un proyecto con en el que trabajé, junto con María Moltó, Claudia Seva y Montxo V. Sempere, durante estos últimos ocho meses. Cinemedi no es una agenda sobre festivales de cine de la Comunidad Valenciana, ni una guía de ocio, ni una revista de cine al uso..Es todo eso y algo más.

La Comunidad Valenciana tiene una ingente vida de festivales de cine. El objetivo de la revista Cinemedi es, con una espíritu dinámico y moderno, juntarlos todos para hablar sobre ellos en la publicación. Su historia, la edición de ese año, entrevistas con los organizadores, los premiados... Pero Cinemedi quería alejarse de ser una simple guía. Las personas que acuden a los festivales son gente que quieres algo más que ver una simple proyección de películas. Buscan sitios interesantes en las ciudades donde se realizan los certámenes para disfrutar del sitio más allá de secciones oficiales o ceremonias de entrega de premios. Por eso de cada lugar con festival hablaremos de sitios interesantes donde poder comer, tomar una copa o visitar. Pero Cinemedi no quiere perder su espíritu. Sigue siendo una revista de cine, por ello se pueden leer entrevistas o reportajes de interés sobre el mundo del cine en general.

En este número cero y (que podéis leer pinchando en el enlace que tenéis abajo) Cinemedi viajará a festivales como el Festival Internacional de Cine de Sax, Festival de Cine de Alicante, Mostra de Valencia, Cinestrat, Festival Internacional de Cine Independiente de Elche, Mostra de Cinema Jove d’Elx... Conoceremos a fondo mediante entrevistas a personajes tan interesantes como Miguel Herrero, Tirso Calero, Antonio Sempere, Vicente Seva... Y además podremos viajar a lugares de cine como París y Edimburgo (sí, tuvimos enviados especiales en el extranjero) o descubrir apasionados del mundo del cortometraje como la asociación ilicitana Malabarraca. Si queréis probar un proyecto que intenta ir más allá y ser novedoso y diferente (ya desde su moderno diseño creado por Montxo V. Sempere) pinchad en el enlace de abajo y leed el número cero de Cinemedi.

Para leer el número cero de Cinemedi pinchad en:

. Cinemedi (Número Cero)

12 julio 2009

Interpretaciones de cine: Louis Garrel, Eva Green y Michael Pitt (Soñadores). Mayo del 69



En ciertas ocasiones he comprobado que gente de cierta edad soltaba pestes de lo que fue el famoso Mayo del 68 francés. Tras observar detenidamente los comentarios y la forma de hablar sobre la famosa revuelta, comprendía que era gente que había creído (o incluso había estado allí) en esos valores que se propugnaban y que habían acabado desencantados de lo ocurrido. Y a veces es complicado encontrar en el cine una historia que te explique las razones de lo ocurrido en París en 1968. Y sin duda una de las mejores es una película que habla de Mayo del 68 sin hablar (mucho) de los hechos que la ocasionaron sino de las personas que estaban en ese momento. De jóvenes inquietos, insatisfechos y especiales como los que protagonizan Soñadores y que sólo podían interpretar unos actores como Louis Garrel, Eva Green y Michael Pitt.

Cuando se habla de Soñadores siempre hay que hablar del erotismo, de los juegos entre los tres protagonistas tan jóvenes y guapos, de Eva Green como una Venus de Milo perfecta , de la imagen de ellos durmiendo desnudos en una tienda de campaña improvisada... es obvio que parte del éxito de Soñadores vino en jugar con el morbo de verlos a ellos. Pero sería un error caer en pensar en que eran unos trozos de carne sin más porque tanto Garrel, Green y Pitt aportan más cosas a la película. Sus personajes son rebeldes, cinéfilos, inconformistas, curiosos...pero también poseen una tristeza incomparable. Unos jóvenes que luchan por buscar algo sin saber muy bien el qué es. Jugando, más o menos en serio, a imitar películas clásicas o a pasatiempos eróticos, nuestros jóvenes héroes buscan un sentido a lo que hacen y al mundo en qué están. Como la gente de Mayo del 68.



No era difícil ver, por la especial interpretación de ellos tres, que el esirituo del 68 les iba a calar hondo. Sólo hay que ver sus insobornables y ejemplares carreras que ya les gustaría tener a muchas “supuestas estrellas” de mayor edad. Ya sea Eva Green haciendo un Bond (Casino Royale), Pitt surcando los límites de la locura con Van Sant o Haneke (Last Days, Funny Games) o Garrel convirtiéndose en símbolo del cine francés de qualité (Les amants reguliers, La belle personne) siguen siendo los chicos extraños y fascinantes de Soñadores. La película que no

10 julio 2009

Reivindicación del perdedor

- Pagafantas - (Borja Cobeaga, 2009)




Pau Gasol, Rafael Nadal, Fernando Alonso, Pedro Almodóvar, Javier Bardem y otros han logrado alejar esa sensación de victimismo que siempre han tenido los españoles. Ya no somos Alfredo Landa o José Luis López Vazquez persiguiendo a las suecas en Benidorm. Los españoles no sólo podemos ganar sino que lo hacemos. Y eso, en principio, es una buena noticia. El problema es que caigamos en la chulería o prepotencia de nuestros vecinos franceses o italianos y olvidemos “nuestras raíces”. Porque no hay nada malo en decir que dentro del español hay un pequeño perdedor que con humildad intenta sobrevivir en un mundo cruel. Borja Cobeaga homenajea en Pagafantas a este perdedor.

Con su Pagafantas, Borja Cobeaga ha demostrado que en esa cabeza brillante y ocurrente (recomendación: acudir a cualquier rueda de prensa suya, todo un showman) hay todo un director de cine. Rueda una comedia divertida, breve y con ritmo sin caer en ningún momento el chiste fácil ni en la realización burda y torpe. Es más, Pagafantas es una película excelentemente dirigida. Pero aparte hace una película con miga porque reivindica al perdedor de toda la vida. A la persona que aún siendo un pagafantas toda la vida sigue luchando y cometiendo los mismos errores una y otra vez. Cobeaga no ha querido hacer El apartamento (afortunadamente) pero si que la dimensión trágica de Chema llega a la del C.C. Baxter de la película de Wilder.

Y en este tipo de películas no puede surtir la magia si los actores no están donde tienen que estar. Y lo están. Gorka Otxoa es el perfecto pagafantas justificadamente enamorado de una adorable y caótica, Sabrina Garciarena. Como son perfectas las aportaciones de Oscar Ladoire (¿nominación al Goya al actor de reparto?), Kity Manver o Maria Asquerino (a la que no le hace falta hablar para estar genial). Cobeaga logra divertirnos buscando en el fondo de nosotros mismos y enseñarnos que, aunque es trágico, ser un perdedor es algo muy nuestro de lo cual, no siempre, podemos huir.

. No odies al héroe (Rafa Martín, Las horas perdidas)

.¡Este Viernes, Pagafantas! (Nacho Vigalondo, Diario Cinematográfico)

.Un gran debut, una comedia imprescindible (Desirée de Fez, Cine 365)

07 julio 2009

Ten un poquito de fe en mí



Ya lo dice Dawn Landes. Hay que tener fe, no ya en uno mismo, sino en los demás. Tenla...aunque sea un poquito.

03 julio 2009

James Bond contra Goldfinger. Bond, modélico Bond



Siempre que veía a José Luis Garci con sus amigos / colegas en ese (importante) programa que era ¡Qué grande es el cine! sentía envidia. No porque fueran todos muy listos, supieran tanto y pudieran fumarse hasta las colillas que dejaban en sus charlas. Sentía recelos porque todos hablaban de cómo su educación en cine había pasado por chuparse horas y horas de cine en pantalla grande viendo a los clásicos. Ya me imagino a un joven Garci yendo a las salas de un cine en el centro de Madrid para ver a los Hitchcock, Wilder o Ford. Y digo envidia porque yo soy de cultura televisiva. De cine en televisión ya que las películas con las que crecí las tuve que ver en la pequeña pantalla. Y dos que recuerdo que marcaron las vi a través del VHS de casa de mi tía (que en esos momentos era la leche) y con las que disfruté como un enano (cosa obvia pues no tendría más de diez años). Una era El imperio contraataca y no, no me convertí en un fan de Star Wars dado la ligera decepción que sufrí al ver que tanto La guerra de las galaxias como El retorno del Jedi no estaban a la altura. La siguiente película representaba otro paradigma del entretenimiento, todo un Bond. Para mí el más grande Bond de siempre. El de James Bond contra Goldfinger.



Es verdad que puede parecer que todos los Bond son iguales. Pero la clave está en como se cuenta la misma historia. No es lo mismo el Bond algo soso de Pierce Brosnan con el musculoso y torturado de Daniel Craig. Sí, hay chicas y acción pero no es lo mismo. Por eso de James Bond contra Goldfinger se puede decir que es modélica. Tiene un villano memorable como es Goldfinger / Gert Fröbe pero que es además tiene un ayudante de villano - esbirro todavía más memorable, Oddjob / Harold Sakata. Todos conocemos la capacidad mortífera que puede tener un sombrero gracias a su interpretación. Esta James Bond contra Goldfinger contiene una de las grandes muertes de la historia del cine, con esa Shirley Eaton bañada en oro en una mezcla imposible y genial de belleza y muerte. Una imagen que todavía no se me ha podido borrar de mi mente. Y es que hay cosas que a ciertas edades se te quedan para siempre.

En James Bond contra Goldfinger no sobra nada y todo es modélico. Empezando por un grandísimo Sean Connery que sabe como ser un Bond perfecto. Ya sea tomando una copa con su clásico smoking blanco o a punto de ser partido por la mitad por un rayo láser. Porque James Bond contra Goldfinger contiene alguna de las imágenes más icónicas de toda la serie. Y a pesar de ser la tercera película Bond se podria decir que este es el film del que bebieron todas las películas Bond que hizo Sean Connery. Porque James Bond contra Goldfinger es todo un modelo de cómo hacer de una mezcla con espías, mujeres, oro, villanos de fuera, asiáticos con mala leche, Honor Blackman (esos Vengadores), Shirley Bassey y acción, un ejemplo de un gran film de entretenimiento

02 julio 2009

Series de cine: Seinfeld. El reverso oscuro y genial de la sitcom



Es curioso que las que quizá sean mis dos series favoritas, en comedia (Seinfeld) y drama (Los Soprano), sus primeros capítulos me “aburrieran”. Con el tiempo supe que fue porque eran una ruptura tal con lo que yo había visto anteriormente en ficción televisiva que lo que sentí no era aburrimiento sino desconcierto. Y en eso Seinfeld hizo algo muy grande. Es una sitcom como son las sitcom. Media hora, personajes reconocibles, risas enlatadas, tramas sobre las relaciones amistosas / sentimentales / sexuales…vamos parecía que no traía nada nuevo al mundo. Y en realidad era todo lo contrario, ya que Seinfeld bajo su apariencia de “no romper un plato” supone una de las experiencias televisivas más inteligentes, complejas, divertidas y con mala uva que se ha podido ver en la pequeña pantalla.

Se ha jugado mucho con el mito de que Seinfeld es una serie sobre nada. Aunque a veces creo que Jerry Seinfeld exageró algo es cierto que su creación tiene un punto de nihilismo brutal. Empezando por haber hecho que sus protagonistas carecieran en muchas ocasiones de alma. Jerry Seinfeld, Elaine Benes, Cosmo Kramer y George Costanza no son el típico grupo de amigos, en realidad ni siquiera lo son. Son egoístas, cabrones y sólo piensan en si mismos. Para ellos el resto de personas son simple elementos que pasan por sus vidas y ellos se juntan porque saben que nadie más les aguantaría. Simplemente por simple supervivencia. En Seinfeld vemos un reflejo del urbanita neoyorquino de clase media. Primero yo y luego los demás. Sólo hay que recordar los capítulos dedicados a la muerte de la prometida de George de un humor negro bestial. En realidad Seinfeld es el reverso oscuro (y mejorado) del buenrollismo de Friends. Egoísmo y surrealismo neoyorquino en media hora de un humor, a veces, casi perfecto. Además cada personaje era como una especie de homenaje a un tipo de humor distinto, Jerry y Elaine, reflejaban el humor más pijo e inteligente, Kramer, el humor físico y George el humor del patetismo humano. No en vano el George Costanza de Seinfeld (histórica interpretación de Jason Alexander) es el personaje que junto a Homer Simpson mejor refleja al ser humano común




Las series suelen ser como una montaña rusa. Empiezan bien, por la mitad alcanzan su punto culminante y acaban con altibajos. Otra de las grandes virtudes de Seinfeld es que se aleja de la montaña rusa y se queda sólo en montaña. Empieza bien y va mejorando temporada a temporada alcanzando un punto culminante al final. Conforme avanzaba la serie mejoraba con guiones e historias cada vez más redondas, nunca mejor dicho. Los capítulos empezaban con alguna trama para después de vueltas y vueltas acabar donde empezó con alguna vuelta de tuerca sorprendente. Sus guiones eran pura pieza de orfebrería, unas joyas para que estuvieran en alguna biblioteca nacional. No es de extrañar que a Jerry Seinfeld le ofrecieran todo el oro del mundo (y más) por continuar su serie. Seinfeld en una muestra de honradez e inteligencia supo decir que no. Porque la serie había llegado a algunos niveles de perfección (no hay mejor manera de acabar una serie que cómo finalizaba Seinfeld) que sería una osadía intentar superarlos. Jerry Seinfeld sabia en su interior que quizá hubiera creado la mejor sitcom de la historia. Y cuando haces algo tan grande es mejor no tocarle ni un pelo por mucho dinero que puedas llegar a tener en tu cuenta corriente.