29 septiembre 2009

Cretinos con permiso para escribir



Antonio Burgos, supuesto escritor e imbécil oficial, insulta a dos niñas (da la casualidad que son las niñas de Zapatero), se lo publican y no pasa nada. ¿No es esto maltrato? ¿No vulnera los derechos de las niñas? Quizá al señor Burgos le gusten las niñas más monas...quién sabe para qué. Burgos, un terrorista que hace un daño terrible a la imagen de España.

Que las niñas de Zetaparo eran dos callos horrorosos lo sabían los más íntimos en La Moncloa, pero ahora se ha enterado España entera. Son de salir corriendo. Yo no sé si es porque iban vestidas de Jalogüín, o porque lucían el uniforme oficial de los góticos, pero tú te encuentras a las 12 de la noche con estas puñeteras niñas en una calle oscura, se te acercan, un poner, a preguntarte dónde para el autobús de Alcosa, y del salto que pegas del susto llegas corriendo a Carmona.

Góticas. Los lectores que me piden este artículo me aseguran que son góticas. Vamos, como la ojiva de San Julián, pero sin el recuerdo de Fernando Moreno sacando el palio de La Hiniesta. O como la propia imagen gótica de La Hiniesta (que está por cierto en el Ayuntamiento y que no sé cómo no han mandado ya retirarla por la cosa del Nacional Agnosticismo y de quitar los crucifijos). ¡Qué ofensa para el arte gótico, llamar góticos a estos adefesios con botas de la Brigada Paracaidista en Sidi Ifni y muñequeras de levantador de pesos de Galisport! Por el volumen de su bulto redondo, así achaparrado, más que góticas me parecen románicas, que como las vea Brigitte Bardot, va y las protege. Pero, vale, aceptamos gótica como animal pinnípedo. Yo les diría algo más fuerte, pero como son menores, me callo.

Vía- Escolar.net

¿Vomitivo no?

23 septiembre 2009

Insobornable amor por el cine

- Malditos bastardos - (Quentin Tarantino, 2009)





Cualquier detractor acérrimo de Quentin Tarantino (que cada vez son menos) debería admirarle por una especial característica suya. Ama el cine. No me refiero a que le guste ver películas, Tarantino piensa en el séptimo arte como una forma de vida. Algo especial e importante que se merece toda la atención y cariño del mundo. Aunque parezca una contradicción muchos de los que trabajan en el negocio del cine (directores, actores, productores...) no les interesa muchísimo el cine. En cambio, Tarantino no sabría vivir sin él. Si todas sus películas son homenajes en si mismos a este arte, Malditos bastardos lo es más si cabe. Ser una película de nazis o de la Segunda Guerra Mundial es la superficie necesaria para, en realidad, hacer un film que implícitamente (a veces los planos parecen que rueden un spaguetti-western, otros simulan un drama intimista) o explícitamente (la parte final en el cine, ¡el celuloide salvará el mundo!) hablan del cine como la expresión más grande de la vida.

Y el espectador debe tomar esa pasión para ver Malditos bastardos, como si estuviéramos viendo el corto de un amigo nuestro apasionado del cine. Porque si no entramos en este juego cinéfilo puede ser que en su larga, que no pesada, duración salgamos varias veces del film. Una vez que (¡por fin!), vemos el gran proyecto mil veces frustrado de Tarantino nos queda la sensación de que debe tener poco que ver con el proyecto inicial del director. Lo más obvio es que una idea interesante como son los sanguinarios bastardos acaban difuminados durante toda la película. Curiosamente en el film Malditos bastardos lo que menos trabajado está son...¡los malditos bastardos! (a pesar de la fuerza que desprenden Brad Pitt, Eli Roth y Til Schweiger) Podemos imaginarnos al bueno de Quentin escribiendo el guión y viendo que mes a mes, año a año, Hans Landa (grandioso Christoph Waltz) o Shossana Dreyfuss (bellísima y fuerte Mélanie Laurent) iban creciendo y ganando importancia mientras que sus queridos bastardos se iban quedando sin sitio en su película.

También se nota el peso de los años en Tarantino. Aunque las claves de su cine siguen ahí en Malditos bastardos se le nota más reposado y tranquilo. Deja que las palabras fluyan sin importarle el tiempo que requiera en ello. Porque a pesar de que la gente acude en masa a ver el film de Tarantino se podría decir que Malditos bastardos es una película anticomercial. Tiene momentos de furia y violencia pero también reposo y tranquilidad. Pero sobre todo es una película hecha por alguien que ama el cine, sin prejuicios ni cortapisas. Sólo alguien asi puede hacer que un film de dos horas y media con momentos geniales, pero con aristas en su narración, pueda pasar en un suspiro. Tarantino no ha hecho la obra maestra que quería pero no importa. Malditos bastardos merece completamente la pena.

. Pastitx brillant (Quim Casas, El Periódico de Catalunya)

. ¡Hail, Tarantino! (Alicia, La linterna mágica)

. Revisionismo pop (Jordi Costa, El País)

18 septiembre 2009

Series de cine: Matrimonio con hijos. El fin del sueño americano



Hay títulos que bajo su aparente sencillez esconden toda una declaración de intenciones. Matrimonio con hijos es precisamente lo que anuncia, una serie sobre un matrimonio con dos hijos. Aparentemente sencillo. La cuestión es, ¿desde cuando un matrimonio con hijos es algo sencillo? Estados Unidos es experta en crear series sobre estamentos familiares y rodearlo de tramas bastante simples y problemas absurdos. Enseñar a Estados Unidos como el hogar de las buenas y felices familias, un estamento seguro donde nunca te puede pasar nada. Obviamente la realidad brillaba por su ausencia.

Matrimonio con hijos fue vital para que la ficción televisiva se desarrollará y logrará ser un espacio para la valentía creativa. La serie creada por Michael G. Moye y Ron Leavitt mostraba el estamento familiar como el infierno, una tumba en vida para el padre de familia (Ed O'Neill) que bajo su diaria mediocridad lidiaba con una mujer vaga e inútil (Katey Sagal) y dos hijos idiotas (David Faustino y Christina Applegate ) La felicidad no estaba de puertas para adentro y todo lo que vendían los anuncios USA se antojaba como falso. Lo mejor de todo es que la serie tenia un tono completamente falso y paródico. Bajo su manto de comedia surrealista los norteamericanos se reían de si mismos. De su realidad y de lo que no se atreven a reconocer, la familia como instrumento opresor y cárcel eterna. Matrimonio con hijos ejerció un trabajo social vital porque antes que Barbara Bush dijera que “los Simpsons eran la cosa más idiota que había visto nunca en televisión” ya existían los Bundy.



Matrimonio con hijos sobrevivió muchísimos capítulos a pesar de la ausencia de premios y no tener un éxito masivo de audiencia. Los Bundy se convirtieron en una especie de héroes (sólo hay que ver las ovaciones que tenían todos los personajes cuando aparecían en escena) que hicieron el trabajo sucio que nadie quería hacer. Mostrar otro lado de la sociedad norteamericana, una parte sucia, oscura, desagradable...y muy divertida. La serie fue espejo para otros productos, desde obras legendarias de animación (Los Simpson) o brillantes remakes inconfesos (Infelices para siempre) y logró mover algo los cimientos de la buena (e hipócrita) moral norteamericana. El gobierno estadounidense debería plantearse darle una medalla a quienes pusieron en marcha Matrimonio con hijos. Gracias a ellos la sociedad norteamericana pudo verse a si mismos y reírse con ello.


15 septiembre 2009

Hasta aquí hemos llegado...o no



Polonia o España. Así es la cosa. Aunque sea una duda que hace unos días nadie se lo hubiera esperado el partido pinta bien. Polonia ya ha hecho su trabajo y no tiene nada que perder y todo que ganar. Con lo cual España se encontrará con un equipo voluntarioso, no sobrado de talento y con un ambiente de baloncesto. En resumen tendrá que demostrar que es el actual campeón del mundo. Porque con una posible derrota, aparte de ser una fracaso, estaríamos fuera del Mundial de Turquía 2010 y tendríamos que jugarnos una plaza en una de esas fastidiosas rondas de clasificación (y a ver cuantos NBA irían). España llega mejor que hace unos días pero lejos de su verdadero nivel. Así llega:

Pau Gasol: En su peor campeonato se ve lo grande que es. Cuando España estuvo eliminada de verdad (Gran Bretaña y Lituania) apareció él. Su lesión ha sido clave en su rendimiento irregular y en el del equipo. Irá a más porque así son los mitos.

Rudy Fernández: Quizá el mejor. Está siendo el Navarro de este campeonato sólo que más físico. También las lesiones han fastidiado lo que podía haber sido su europeo...pero todavía hay tiempo. Debe mejorar sus ataques de ira.

Ricky Rubio: Su rendimiento ha provocado las iras de alguna gente que le comienzan a coger una manía absurda e injusta. Tiene clase para dar y tomar como demostró ante Lituania. El problema es que el juego estático y el tiro no le está funcionando. Pero cuando sale el verdadero Rubio...es una maravilla

Juan Carlos Navarro: Desconocido. Se vieron destellos de lo que es contra Lituania. Se nota que físicamente no está y ese es el problema. Pero la confianza en Navarra debe ser ciega siempre.

Victor Claver: Cuando ha salido lo ha hecho muy bien...pero es que apenas no ha salido. Scariolo no quiere jugar con un 3 alto y eso le ha condenado.

Felipe Reyes: Siempre Felipe. Este ha sido su año (individual) en ACB y se nota que está en plena forma. Sólo bajo el pistón cuando los demás lo subieron contra los lituanos. Lecciones de pundonor en cada partido.

Carlos Cabezas: Imposible juzgarlo cuando no disputa apenas minutos. Scariolo cree en Raúl como segundo base...quizá de manera injusta. Debe jugar más

Raúl López: El segundo base para Scariolo. Nadie duda que es un genio pero se le ota poco fino en este Europeo. Debería compartir más minutos con Cabezas

Sergio Llull: Irreprochable su participación. Se deja la piel en cada partido y está más acertado de lo que parece. Una futura estrella. Le hicieron falta en ese intento de mate contra Turquía.

Marc Gasol: Desconocido. Contra Lituania sólo mostró un poco de lo que es capaz. Se le escapan los rebotes, no coge bien la posición...con sólo un 70% de su capacidad debe dominar este campeonato en la pintura.

Alex Mumbrú: Aunque Scariolo no quiere jugar con un 3 alto está utilizando algó más a Mumbrú. Desacertado y no encontrando su sitio.

Jorge Garbajosa: Su buen partido contra Lituania no debe evitar ver que Garbajosa no está entrando en la selección. Tiros de tres absurdos y lentísimo en sus acciones. Debe reducir sus minutos.

14 septiembre 2009

Joyas a reivindicar: Starshipt Troopers. ¿Inteligencia? militar



Sin duda una de las personas a las que se les podría adjudicar la frase, ir al grano en esto del cine es Paul Verhoeven. Para el director holandés en sus películas, la violencia es violencia, el sexo es sexo...sin darle toques artísticos, ni querer ser un tipo cool o moderno. Por eso los detractores de Verhoeven utilizan términos como director cutre, tramposo o vulgar. Pero los hay que vemos que sus films van más allá de lo que se muestra en pantalla. Su lenguaje visual directo, sin tonterías, ni chorradas ocultan personajes e historias duras y complejas. Un caso evidente es una maravilla como Starship Troopers.

La película fue vendida como un asalto más a la taquilla estadounidense por parte de Verhoeven como lo había sido Instinto básico. Pero de nuevo el holandés estaba siendo más inteligente que todos. Si la película que puso de moda el cruce de piernas de Sharon Stone era una fabulosa y adictiva farsa a través de un thriller erótico, Starship Troopers no se quedaba atrás. El film parecía hacer la típica carrera de un film revientaquillas, éxito de publico y palos de la critica que sólo alababan sus (apabullantes) efectos especiales. Y lo más significativa, algunos críticos la tachaban de fascista. Aunque parezca lo contrario, con esta reacción Verhoeven lo había logrado.



Porque para ser critico o irónico lo mejor es mostrar a lo que quieres criticar en su máximo esplendor...o idiotez. Starship Troopers es todo un asalto contra el fascismo trasnochado que muestran algunos paises o superpotencias a traves de sus aparatos militares. Para ello se rodea de elementos como un megapatriotismo absurdo o tramas entre los personajes cercanas al nivel intelectual de Melrose Place. Todo está estudiado para el resultado final, mostrar el absurdo de los aparatos militares, las guerras preventivas u invasiones varias. El casting también es clave. Olvidémonos del talento interpretativo, Verhoven se rodea de tipos duros (el inefable Michael Ironside), malos actores guapitos (Casper Van Dien) y cuerpos esculturales (Denise Richards), que colaboran a hacer más demoledora esta farsa militar.

Dicen que la ciencia ficción es tan grande porque en realidad refleja los problemas que tenemos en la actualidad. Paul Verhoeven lo hace, riéndose de todo y de todos. Engañándonos y metiéndonos en una historia que parece una película de bichos, naves espaciales y efectos especiales que, en realidad, es una patada en la cara de los salvadores de la patria que hay en todo los lugares del mundo. Siempre que he visto fotos de Paul Verhoeven se está riendo. Es lo que tienen los tipos listos que saben reirse del mundo, mientras les saca unos buenos billetes.

09 septiembre 2009

Un Tokio gélido

- Mapa de los sonidos de Tokio - (Isabel Coixet, 2009)





Seguro que más de uno utilizará ese, a veces fastidioso, termino para calificar algunas películas. El famoso: es una película lenta. En mi opinión, a Mapa de los sonidos de Tokio le pasa al revés. Es un film demasiado rápido. No hay que criticar lo inverosímil de la propuesta ya que muchas obras maestras del séptimo arte tienen argumentos increíbles. Ni siquiera algunas utilizaciones sospechosas como el empleo de la música de Antony and the Johnsons al final de la película (pocas veces un gran grupo sobró tanto). El problema es que alguien con talento como Isabel Coixet da la impresión que no se cree lo que está rodando y lo hace a prisa y corriendo.

Muchas de las partes de Mapa de los sonidos de Tokio están mal explicadas o con la misma sutilidad de una bomba atómica. La escena de la (supuesta) seducción de Sergi López a Rinko Kikuchi en la tienda de vinos está resuelta de manera cutre y apresurada, lo mismo que el supuesto conductor de la historia (Min Takana) , el grabador de sonidos de Tokio, al que parece importarle un pimiento a Coixet... Y así va transcurriendo la película, a retazos, a trozos de película mal montada en un Tokio frío y sin interés.

Mapa de los sonidos de Tokio tiene momentos donde parece que la historia va a despegar. Ocurre con el primer encuentro sexual entre los dos protagonistas cuando se intuye que la película comienza a arrancar y a encontrar su lugar, desgraciadamente es un espejismo ya que la película ni siquiera logra ser esa tórrida historia que se vende en algunos sitios. Mapa de los sonidos de Tokio parece la oportunidad perdida de una buena directora que cuando busca la sencillez acierta de pleno como pasaba con Mi vida sin mí. El film también nos deja una buena interpretación de Rinko Kikuchi que supera los problemas de su imposible personaje y que supera con creces a su partenaire, un despistado Sergi López.

. El mapa de Coixet (Oti Rodríguez Marchante, Una de piratas)

. Mapa de los tópicos emocionales de Tokio (Eulàlia Iglesias, Cine 365)

. Geografía humana con sabor asiático (Sergio Roma, Cinebulosa)

03 septiembre 2009

Interpretaciones de cine: Samantha Morton (Acordes y desacuerdos). Woody Allen sin palabras



Acordes y desacuerdos, es una maravilla infravalorada de Woody Allen. Es más, es la última gran película antes de rodar Granujas de medio pelo y comenzar una época extraña en su filmografía. Acordes y desacuerdos, tenia grandes nombres o géneros: Woody Allen, Sean Penn, la sombra de Django Reinhartd, jazz... pero entre todo ese maremagnum de grandes nombres destacaba una pequeña actriz que sin pinta de comerse al mundo lograba con su interpretación hacer de Acordes y desacuerdos una película especial. Y todo sin decir ni una palabra. A la Hattie que crea Samantha Morton no le hace falta decir si está sufriendo o riendo, sus ojos, su cara y sus gestos lo dicen todo.

Samantha Morton crea un personaje que parece salido de un corto de El gordo y el flaco, o una comedia de los años 30. Frágil, flaca, ágil, muda...y sufridora. Se enamora del héroe de la película, el impresentable, egoísta y genial Emett Ray que borda Sean Penn. Aguanta putaditas y humillaciones del genio siempre con una mezcla de estoicismo y estilo. La actuación de Morton es un maravilloso anacronismo en si mismo. Una interpretación propia de una película de cine mudo en blanco y negro en un film que se rodaba a finales del siglo XX. Si en las películas allenianas los actores buscan el dialogo para lucirse, Samantha Morton utiliza el cuerpo para reflejar sus sentimientos, sus dudas y su dolor. Allen crea un personaje adorable y distinto, y Morton (nunca mejor dicho) le da forma .Una actuación tan agridulce como perfecta.



Como le sucede a Emmet Ray, los espectadores, la Academia de Hollywood (nominada a la mejor actriz de reparto), Allen... todos nos rendimos a Hattie. Y al final ella nos demuestra que es la que domina la situación y sale ganadora. Si deja a Emmet. con dos palmos de narices al resto nos deja con tres. Porque ella, es la gran ganadora de Acordes y desacuerdos. Un papel escrito a medida de una actriz impresionante que se luce. Si Charles Chaplin hubiera coincido con ella le habría hecho un contrato en exclusiva. Aunque no sabemos cuanto pagaría porque las expresiones de su cara en Acordes y desacuerdos no tienen precio.