09 febrero 2010

En los desiertos de la locura

- En tierra hostil - (Kathryn Bigelow, 2008)





Soy europeo. Además puedo considerarme antibelicista ya que considero que la guerra es una de las cosas más absurdas (sino la más) inventadas por el hombre y que generalmente sirve para que un puñado de inocentes muera mientras los verdaderos culpables se van de rositas. Con estos dos antecedentes y a tenor de los comentarios suscitados se supone que debería ver con malos ojos la película En tierra hostil. Acusarla de no tener una ideología definida o en caso de tenerla ser un ejemplo de patrioterismo norteamericano o ser reaccionaria. Lo siento pero me es imposible. Simplemente porque la experiencia de ver En tierra hostil en pantalla de cine (este matiz es importante) ha sido grande. Muy grande.

Kathryn Bigelow no aspira a hacer grandes discursos ni dar lecciones. Aquí no hay ni lirismo (La delgada linea roja), ni ambigüedad (Salvar al soldado Ryan) dos vías legitimas y que dieron pie a grandes películas. Bigelow es pura testosterona y lo sabe, por eso se encarga de crear una película de acción. Pero no acción de ver a Chuck Norris o Steven Seagal repartiendo bofetadas a diestro y siniestro. Acción de movimiento, frenesí y, especialmente, locura. Porque en la guerra no hay tiempo para pensar ni digerir lo que vives, si paras mueres. Por eso la cámara de Bigelow no se detiene en ningún momento y refleja con una verosimilitud tan exacta como espantosa que la muerte se encuentra en cada esquina de la guerra de Irak.

Que En tierra hostil no tenga ideología no quiere decir que no exprese una idea. Bigelow no quiere detenerse en grandes soliloquios sobre la vida o la muerte (aunque aquí se dice una gran frase cuando militares norteamericanos detienen a un iraqui: “si no era un insurgente ahora lo será”). Las imágenes hablan por si solas, el público tiene la última palabra para tomar partido sobre el conflicto. Bigelow pone los ingredientes y los cocina para que el espectador los deguste y diga si le gusta el plato o no. Pero sin dejar indiferente. Porque la guerra no lo hace y En tierra hostil es la guerra. Como dice un alto mando en el film: "la guerra es una experiencia que, a lo mejor, puedes vivir sólo una vez en la vida". Igual que el visionado de En tierra hostil. Una experiencia.

Lo mejor: la portentosa y prácticamente perfecta dirección de Kathryn Bigelow

Lo peor: que sea acusada de reaccionaria

. El ruido y la furia (Rafa Martín, Las horas perdidas)

. ¡BOOOOM! (Santi, Videa bien, hermanito. Videa bien)

. La adicción al peligro (Jesús León, Blog de cine)

1 comentario:

troyana dijo...

Pues la verdad es que coincidimos en que pudo pudo haber tenido otro final.
saludos!