15 febrero 2010

Sangre en el campo, menos en la pantalla

- Invictus - (Clint Eastwood, 2009)





¿Por qué Million Dollar Baby fue una de las grandes películas de la última década? Una de las razones fue que Clint Eastwood supo elevar con maestría una sencilla historia de boxeo con elementos que podrían ser propios de un telefilm de Antena 3. Incluso Gran Torino (aunque muy inferior a Million Dollar Baby) era otra historia sencilla con visos de gran películas por la perfecta narración de Eastwood., Pues ahora el bueno de Clint se mete en un maravilloso lio que, en un principio, parece que no tenga nada que ver con él. Porque con Invictus tenía que hablar de la unión de un país separado por el odio, de una victoria deportiva épica, de Nelson Mandela, de valores humanos, de política... Todo un reto.

Y hay que reconocer que el principio es una grata sorpresa. Con sencillez, Invictus retrata muy bien como la figura de Nelson Mandela intentó que Sudafica mirara al futuro olvidando la pesadilla del apartheid. Mediante pequeños detalles (los guardaespaldas intentando convivir juntos, Mandela salvando al equipo de rugby...) Eastwood logra que podamos comprender la situación de ese nuevo país que estaba intentando crecer. La sencillez (que no la superficialidad)estilística y narrativa junto con la gran interpretación de Morgan Freeman se convierten en los dos aliados de la historia al lograr con dos o tres sencillas pinceladas meternos en una historia tan compleja. Incluso los que amamos el deporte y vemos el rugby como uno de los pocos deportes que sigue manteniendo valores podemos comprender las razones del máximo mandatario sudafricano para unir un país gracias a la Copa del Mundo de 1995. Y hasta ese momento todo fluye.

El problema es cuando a alguien tan calmado como Eastwood le entran las prisas. Y entonces la sencillez se vuelve superficialidad. En la segunda parte Invictus se olvida de las razones de por qué suceden las cosas y, especialmente, olvida al motor de la película, Nelson Mandela. El presidente sudafricano que hasta ahora era la clave para entender todo lo que sucede en la película se convierte en un títere de una película que parece darse prisa por acabar. Como si todo lo que está contando (un tema con muchísimos matices) no necesitará de más explicaciones e Invictus sólo existiera para narrar la final del mundial de rugby. La metáfora deportiva desaparece y sólo quedan hechos que no parece que tengan que ver con el resto de la película. Quizá toda esa segunda parte necesitaba responder (o intentarlo) a más preguntas y no quedarse sólo en pasar rápido y sin dejar huella. Aun así, Invictus es un buen acercamiento no sólo como hecho histórico o como exaltación de los valores que van más allá del deporte sino a qué es eso que solemos llamar liderazgo. Un tema complejo que aquí se queda a la mitad.

Lo mejor: Morgan Freeman y todo lo que rodea a la figura de Mandela

Lo peor: la superficialidad de la segunda parte de la película

. Invictus en Nueva York (Miguel Carvajal, Sintomático)

. Más allá del deporte (Ramón Ramos, Galax Pictures Cine Blog)

. Victoria en la tanda de penaltis (Violeta Kovacsics, Cine 365)

1 comentario:

auster dijo...

Hace un par de semanas vi de nuevo "Million Dollar Baby" y me pareció igual de fascinante que la primera vez.

Respecto a tu otra mención: "Gran Torino" me emocionó y Clint Eastwood está increíble, pero el doblaje le hizo un flaquísimo favor y tuve la sensación de que estiraba demasiado los momentos de humor (o más bien que eran repetitivos).

"Invictus" me dejó fría, no podría definirlo de otra manera. Es correctísima, pero en una película que habla de superación, de espíritu de lucha y de alcanzar metas imposibles... la poca emoción que transmite marca demasiado.

Por otra parte, es cierto que acerca un hecho histórico pero también que no profundiza en las circusntancias políticas ni el contexto.

Me gustó como a ti ese soberbio Morgan Freeman, pero me temo que la película no va a durar demasiado en mi retina.