19 marzo 2010

Psique militar

- Los hombres que miraban fijamente a las cabras - (Grant Heslov, 2009)





Sátira y militar son dos palabras que deberían ir siempre unidas. Los estamentos militares (como otras asuntos como la monarquía) es algo que en pleno siglo XXI resulta absurdo, incoherente y anacrónico. Pero todos conocemos que es algo tan fuerte como una roca que nunca podrá desaparecer de la sociedad en que vivimos. Pues ese absurdo hace que reírse de ello sea el único camino para conocer bien todo lo referente a las actividades militares que se suceden diariamente en el mundo entero. Por ello hay que sonreír ante la posibilidad de que Los hombres que miraban fijamente a las cabras se haya fijado en las pruebas mentales que el ejercito estadounidense realiza desde hace años para construir una historia tan absurda como cierta. Porque, como casi todos sabemos, el Pentágono norteamericano derrocha millones y millones de dólares en pruebas absurdas como juegos mentales o ejercicios que suelen rozar el surrealismo.

Por eso la ironía (o muchas veces cachondeo) que hay en Los hombres que miraban fijamente a las cabras es tan bien recibida. Y debemos aplaudir que nombres tan potentes como George Clooney, Ewan McGregor, Jeff Bridges y Kevin Spacey se hayan atrevido a enrolarse en una película cuyo uno de sus ejes poner en tela de juicio algunas “estrafalarias” actividades de una institución tan discutible. O por lo menos esa es una de sus intenciones. La película transcurre de manera tranquila y con un guión bastante inteligente en el viaje por Irak que emprenden los personajes de Clooney y McGregor. El problema es que parece que Grant Heslov tiene demasiado respeto por la institución porque no acaba de soltarse y aleja cualquier tipo de locura a la historia. Comprendemos mejor las intenciones del director con los estupendos flashbacks que tiene como protagonista a la mejor interpretación del lujoso reparto, Jeff Bridges. Con las lecciones del hippie Bill Django, Los hombres que miraban fijamente a las cabras encuentra su punto de locura y sátira que el film pide a gritos. Un ejemplo es ver a Clooney soltando a su verdadero yo gracias a las lecciones de baile de Bridges que se convierte en uno de los grandes momentos del film.

Ironía placida. Así se podría definir a Los hombres que miraban fijamente a las cabras. Un buen guión, grandes actores y una buena historia a la que lamentablemente le falta algo más de caos y locura para transmitir todo lo que no quiere decir el film. Esa anarquía llega en una parte final del film donde cabras y hombres se juntan en un peculiar mensaje de libertad, militares y LSD que hace que acabemos con una sonrisa una película cuyas intenciones hay que comprenderlas más que verlas.

Lo mejor: las lecciones psíquicas de Jeff Bridges

Lo peor: le falta algo de locura

. Mentalisme i autopàrodia (Quim Casas, El Periódico)

. El pelotón chiflado de los Jedi (El cinéfago, Cinéfagos anonimos)

. La guerra de las galaxias, o casi (Ana Sánchez de la Nieta, Fila Siete)

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