24 octubre 2009

Joyas a reivindicar: Todo en un día. La adolescencia, una aventura pasajera



El año pasado moría Robert Mulligan. No pasó nada. Hace unas semanas falleció John Hughes. Y tampoco pasó nada. Los dos tuvieron carreras interesantísimas y, a su modo, fueron autores. En cambio sus perdidas se pasaron alto ya que en el mundo del cine existe cierta pedantería por la cual sólo interesan los nombres que salen en letras de oro en la historia del séptimo arte. Pues John Hughes hizo un cine completamente reconocible y se adentro con un gran acierto en la mente de los adolescentes norteamericanos. Jugando con las claves de la comedia adolescente realizó un acertado estudio de los triunfos y miedos del joven estadounidense. Aunque muchos apuntan a que su obra maestra es la intimista El club de los cinco yo siempre me quedaré con Todo en un día.

Todo en un día es sencilla. Vemos el día de pellas que se toma el protagonista, Ferris Bueller (excelente, como casi siempre ,Matthew Broderick) con su novia Sloane (Mia Sara) y su mejor amigo Cameron (Alan Ruck) en Nueva York. Junto a esta trama corre otra historia paralela, la odisea que emprenden el director del colegio Ed Rooney (Jeffrey Jones) y su hermana Jeanie (Jennifer Grey) para pillarle en su mentira. Ya tenemos comedia adolescente al canto. Y, si amigos, la tenemos porque es una comedia y no se avergüenza de ello ni uno lo hace de disfrutar con ella. Pero en el fondo, Todo en un día es perfecto análisis del comportamiento y la forma de ser del adolescente en Norteamericana. Ferris Bueller es simpático, sociable y popular pero también arrogante y manipulador. Fruto de unos padres “yuppies” que confunden el amor a su hijo con darle todo lo que quiere. Eso lo refleja el carácter de la hermana de Ferris, Jeanie, que sufre la marginación por parte de esos padres que consideran que sólo tienen un hijo que merezca la pena. Si eso no es el reflejo de un hogar desestructurado...



Pero la aventura de los tres protagonistas en la Gran Manzana no está exenta de miga. El objeto de la escapada de Ferris es disfrutar con sus amigos de un día ya que dentro de poco sus caminos se separaran por culpa de la universidad. Todo el film tiene un halo triste ya que la juventud es algo muy breve que se escapa día a día. Luego llegan las responsabilidades, los problemas, la madurez... La fiesta no es para siempre y, a veces, sólo puede durar un día. Como otro retrato durísimo es el de Cameron (que, en muchas ocasiones, le come el protagonismo a Ferris) , adolescente con mil y un traumas infantiles por haber nacido en un hogar donde el cariño sólo se le concede a lo material.

¿Por qué un día de pellas es justificado por Hughes? ¿Por la simple excusa de rodar una comedia? Hay algo más. El breve retrato que se hace de las clases en Norteamericana es demoledor (ríete tú del Laurent Cantet de La Clase o de la cuarta temporada de The Wire). Profesores sin motivación que no quieren dar clase, alumnos aburridos y directores de colegio sólo preocupados por su carrera. La huida es la única solución que les queda a los jóvenes. Y si se puede hacer en el principal símbolo del materialismo USA, un buen coche, mejor que mejor. Todo en un día sigue teniendo el mismo ritmo y diversión (perfecto colofón con la carrera de Ferris entre las casas de sus vecinos) que cuando se estrenó en 1986. Y sigue conservando esa acertada lectura sobre la adolescencia y que resume Ferris, “la vida pasa muy deprisa y te la puedes perder”.

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