*Foto de CCE Escorxador
Antonio Luque. Y su guitarra. Antonio González. Y su violonchelo. La resistencia. El rayo verde. El gran poder. El alfabeto morse. Quiromántico. Y más canciones. Un antiguo matadero. Lluvia fuera. Un público fiel y rendido a los pies de un genio. Un público donde estaba J y un niño que se quejaba porque según Luque "quería irse de allí". L'Escorxador, un marco incomparable. Nada malo podía salir con todos esos elementos juntos. Y salió algo grandioso.
2 comentarios:
Envidia me das...
Tan normal era que el sr J. estuviera allí sentadito, sin decir ni mú, que nadie es capaz de hacer ni el mínimo comentario al respecto? Hasta que leí esto, pensé que todo había sido un muy buen sueño (lo siento pero soy un poco friki cuando de los planetas se trata), que ya de por sí era bueno con el sr Luque y la compa.
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