24 junio 2009

Infravalorados de cine: Catherine Keener. Talento, clase y carácter por narices



Disfrutando de la película Cómo ser John Malkovich una de las interpretaciones que más nos llegan del clásico contemporáneo de Spike Jonze es la de Cameron Diaz. Su transformación, su capacidad para interpretar un papel cómico / dramático... vamos una interpretación de Oscar. Pero ese año la nominación a la estatuilla dorada a la actriz de reparto se la llevaba su compañera en esa película. Una atractiva morena con clase de gran (y maravillosa) nariz que destilaba clase y mala baba a partes iguales en el film. La admirada Catherine Keener.

Si Catherine Keener le arrebataba esa candidatura a la rubia y superestrella Cameron Diaz es que tiene algo. Sin ser una estrella todo el mundo sabe que Catherine Keener ha entrado en la habitación cuando está en una escena. Generalmente su físico, su capacidad para dialogar de manera rápida y firme y su porte moderno hace que estemos ante un prototipo de mujer de hoy en día. Como decía en el anterior post podría ser como una especie de Annie Hall pero quitando su neurosis y aportando una dosis considerable de mala leche y carácter. En un mundo de hombres ella no perdería nunca, como su gran Maxine de Cómo ser John Malkovich. Ella lleva las riendas.

Aun sabedora de representar a una mujer de hoy Keener no ha querido centrarse en los mismos papeles de siempre. Ha podido hacer comedia (Virgen a los 40, Living in oblivion...) o representar el mal más absoluto (An american crime). Y siempre lo mismo dejando un halo de clase y sofisticación en todo lo que hace. Y el cine norteamericano la sigue minusvalorando como “una actriz de reparto”. Tira de ella para evitar que sus films caigan en la vulgaridad o en la simpleza. Porque siempre que Catherine Keener está en una película o escena aporta ese plus de carácter y talento que hacen que esa historia merezca la pena verla. Keener está sobrexplotada por el mercado hollywoodiense. La necesitan de salvavidas.

Si fuera una estrella, Hollywood se libraría de tantas estrellas de saldo y pondría a una mujer de verdad entre sus números uno. Y la industria norteamericana no se puede permitir personas de tanto talento y carácter entre sus estrellas ya que podría peligrar su mundo artificial que se han montado. Pero nosotros disfrutaremos de cada minuto que sale Catherine Keener por la pantalla grande ya que cada vez que sale ella se nota. Todo el mundo sabe cuando Catherine Keener ha llegado a la fiesta.

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