03 julio 2009

James Bond contra Goldfinger. Bond, modélico Bond



Siempre que veía a José Luis Garci con sus amigos / colegas en ese (importante) programa que era ¡Qué grande es el cine! sentía envidia. No porque fueran todos muy listos, supieran tanto y pudieran fumarse hasta las colillas que dejaban en sus charlas. Sentía recelos porque todos hablaban de cómo su educación en cine había pasado por chuparse horas y horas de cine en pantalla grande viendo a los clásicos. Ya me imagino a un joven Garci yendo a las salas de un cine en el centro de Madrid para ver a los Hitchcock, Wilder o Ford. Y digo envidia porque yo soy de cultura televisiva. De cine en televisión ya que las películas con las que crecí las tuve que ver en la pequeña pantalla. Y dos que recuerdo que marcaron las vi a través del VHS de casa de mi tía (que en esos momentos era la leche) y con las que disfruté como un enano (cosa obvia pues no tendría más de diez años). Una era El imperio contraataca y no, no me convertí en un fan de Star Wars dado la ligera decepción que sufrí al ver que tanto La guerra de las galaxias como El retorno del Jedi no estaban a la altura. La siguiente película representaba otro paradigma del entretenimiento, todo un Bond. Para mí el más grande Bond de siempre. El de James Bond contra Goldfinger.



Es verdad que puede parecer que todos los Bond son iguales. Pero la clave está en como se cuenta la misma historia. No es lo mismo el Bond algo soso de Pierce Brosnan con el musculoso y torturado de Daniel Craig. Sí, hay chicas y acción pero no es lo mismo. Por eso de James Bond contra Goldfinger se puede decir que es modélica. Tiene un villano memorable como es Goldfinger / Gert Fröbe pero que es además tiene un ayudante de villano - esbirro todavía más memorable, Oddjob / Harold Sakata. Todos conocemos la capacidad mortífera que puede tener un sombrero gracias a su interpretación. Esta James Bond contra Goldfinger contiene una de las grandes muertes de la historia del cine, con esa Shirley Eaton bañada en oro en una mezcla imposible y genial de belleza y muerte. Una imagen que todavía no se me ha podido borrar de mi mente. Y es que hay cosas que a ciertas edades se te quedan para siempre.

En James Bond contra Goldfinger no sobra nada y todo es modélico. Empezando por un grandísimo Sean Connery que sabe como ser un Bond perfecto. Ya sea tomando una copa con su clásico smoking blanco o a punto de ser partido por la mitad por un rayo láser. Porque James Bond contra Goldfinger contiene alguna de las imágenes más icónicas de toda la serie. Y a pesar de ser la tercera película Bond se podria decir que este es el film del que bebieron todas las películas Bond que hizo Sean Connery. Porque James Bond contra Goldfinger es todo un modelo de cómo hacer de una mezcla con espías, mujeres, oro, villanos de fuera, asiáticos con mala leche, Honor Blackman (esos Vengadores), Shirley Bassey y acción, un ejemplo de un gran film de entretenimiento

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