24 agosto 2009

Revelaciones de cine: Sydney Tamiia Poitier (Death Proof). Piernas para esto os quiero



A pesar de ser un director tan extremo se puede decir que todos los films de Quentin Tarantino (a la espera de Malditos bastardos) han recibido un unánime aplauso. Pero si hubo una obra tarantiniana que fue recibida con ciertas reticencias fue ese experimento de cine de serie B que era Death Proof. Este film completamente libre no a todo el mundo le hizo gracia. Pero si hay una cosa que, objetivamente, debe despertar admiración es la aparición de Sydney Tamiia Poitier en Death Proof.

Si todas las mujeres tarantinianas que se asoman por Death Proof son dignas de mención (Rosario Dawson, Zoey Bell, Vanessa Ferlito...) Poter se lleva toda las miradas. La interpretación de Sydney Tamiia Poitier va más allá de cualquier método interpretativo, lo suyo es una cuestión de magnetismo físico. Por eso Tarantino (un especialista en hacer grandes inicios de películas) le concede la responsabilidad de que ella nos conduzca por el principio de Death Proof. O mejor dicho a sus piernas.



Absolutamente kilométricas, gigantes y fascinantes, sostienen a todo un personaje chulesco y orgulloso de haberse conocido. Uno puede imaginarse con quince años viendo Death Proof en una doble sesión de serie B, y entre trago y trago de una Coca-Cola bien fría se queda prendado del poderío y arrogancia que muestra Sydney Tamiia Poitier en pantalla. Una de esas mujeres que huelen a peligro desde la distancia pero de la que no te puedes alejar. Si su padre Sidney Poiter era el orgullo negro ella no se queda atrás porque lo lleva en los genes. En los pocos minutos que está en pantalla se nota que ha venido a dominar a todo el mundo. Sin concesiones. Después de esa hipotética visión, uno se iría a comprar un póster gigante de Sydney Tamiia Poitier en Death Proof . Aunque habría un problema. Encontrar una pared donde cupieran las eternas piernas de Sydney Tamiia Poitier.

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