08 agosto 2009

Series de cine: The Big Bang Theory. Geeks contra el mundo real



Hay unos detalles que en un principio puede provocar que uno se eche para atrás para comenzar la visión de The Big Bang Theory. Uno de los creadores, Chuck Lorre, está detrás de una de las más horribles sitcoms que se han realizado en los últimos años, me refiero a Dos hombres y medio. Otro apunte sería que el argumento podría ser tan interesante como peligroso. La serie podía caer en el error de convertirse en una sucesión de chistes fáciles y parodias absurdas sobre los, a veces mal llamados, geeks o freaks. Vamos, ser una especie de La revolución de los novatos en versión serie.

Todos esos miedos se van desde la visión del primer capítulo. Una vez superado un cierto corte juvenil, The Big Bang Theory se presenta como una sitcom fresca, con ritmo y mucha, mucha inteligencia. Su principal mérito está en haber creado unos personajes que crean adicción. A veces inteligentes y otras insufribles, son hechos con una capacidad para transmitir ternura a través de un cierto patetismo que transmiten sus vidas llenas de ecuaciones y teoremas. Entre todos ellos destaca, como no, el ya mítico personaje de Sheldon Cooper (Jim Parsons). Grandioso genio, ególatra insoportable y autista emocional. Creado para quedarse como una leyenda dentro de la sitcom norteamericana es interpretado con tanta inteligencia como su personaje por Jim Parsons que jamás cae en la sobreactuación o la parodia fácil.



Pero un personaje mítico necesita siempre estar bien acompañado. Leonard Hofstadter (Johnny Galecki), el protagonista argumental de la serie y el único con los pies en el suelo que asume cierto patetismo en su vida. Culminado con dos buenos contrapuntos cómicos como son Howard Wolowitz (Simon Helberg) (los duelos con su madre invisible y dictadora son épicos) y Rajesh Koothrappali (Kunal Nayyar), el perfecto contrapunto exótico. El remate de estos personajes es explosivo...nunca mejor dicho. Penny (Kaley Cuoco)..., una mujer diez que acerca a la cruda realidad a este grupo de geniales mentes.

The Big Bang Theory no aspira a ser una sitcom de grado superior como Seinfeld o The Office. Sus argumentos no son lo más novedoso del mundo no saliéndose del guión de la comedia de situación pura y dura. Pero sí lo son sus personajes que tienen que vivir permanentemente en dos dimensiones: la de su realidad, con términos como Halo (según Sheldon un juego que proporciona más placer que el sexo) , Einstein, Teoría del Big Bang, Star Trek, Tolkien, Klingon... y la realidad “de verdad”, donde conviven el la decepción, el fracaso amoroso, la incapacidad de mantener relaciones sociales, la falta de sexo... Entre risa y risa, The Big Bang Theory plantea que la supervivencia en este mundo es dura. Por mucho coeficiente intelectual que tengas la vida siempre te supera.

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