29 agosto 2009

Naturaleza (humana) salvaje

- Anticristo - (Lars Von Trier, 2009)





Ya esta aquí otra vez. Vuelve la bestia para provocar y dividir a todo el mundo al que le gusté un poco el séptimo arte. Pero en esta ocasión podría parecer que nos encontramos con un Lars Von Trier algo distinto. Al principio de Anticristo vemos que la mirada del maestro danés se centra en la miseria de un matrimonio en descomposición. Su interesante inicio nos muestra a un juego entre una pareja, sumida en el dolor tras la muerte de su hijo, donde él actúa de posible salvador y ella de una mujer cercana a la depresión. Aquí el trío que conforman Lars Von Trier, Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe están soberbios cada uno en su trabajo, el director poniendo toda la intensidad necesaria en la dirección y los actores magníficos, ajustados y a la altura de lo que requiere todo un Von Trier. Pero para el director de Dogville, Anticristo es algo más. Un thriller demoníaco.

Lars Von Trier coge a sus cobayas y los traslada al corazón de un oscuro y poderoso bosque. El juego entre Dafoe y Gainsbourg sigue (con más intensidad si cabe) pero ahora interactuando con la naturaleza y, especialmente, con las fuerzas oscuras que las comandan. Von Trier sigue siendo un genio en crear atmósferas insanas y Anticristo tiene escenas de una cruda y diabólica belleza (la escena sexo en el árbol, la búsqueda por parte de Gainsbourg de esos gritos que salen de la nada...). El único problema es que Anticristo suena a eficiente provocación pero sin la brillantez que tenían Rompiendo las olas o Bailar en la oscuridad. Imágenes de gran factura pero que, a veces, adolecen de cierto sentido narrativo. Anticristo es salvaje como es la naturaleza demoníaca que controla y domina a Charlotte Gainsbourg y tiene esa característica sádica tan propia (y genial) de Von Trier como se muestra en esa impactante muestra de ultraviolencia final.

Guste más o menos, Anticristo tiene una razón de ser. La brutal muestra de talento de Charlotte Gainsbourg (mejor actriz en el pasado Festival de Cannes). Esta película es la confirmación del poderoso talento que tiene la francesa que es capaz de llevar un personaje extremo como esta mujer en los límites de la locura u otro papel en una película comica o más liviana. Si Dafoe está genial lo de Gainsbourg es de otra liga. Ella sobresale en este festival provocador e irregular de Lars Von Trier.

. Bajada a los infiernos de Lars Von Trier (Julio R. Chico, La mirada de Ulises)

. En un principio, fue el mal... (Jordi Costa, El País)

. El Edén reconquistado (Diego Salgado, Miradas de cine)

24 agosto 2009

Revelaciones de cine: Sydney Tamiia Poitier (Death Proof). Piernas para esto os quiero



A pesar de ser un director tan extremo se puede decir que todos los films de Quentin Tarantino (a la espera de Malditos bastardos) han recibido un unánime aplauso. Pero si hubo una obra tarantiniana que fue recibida con ciertas reticencias fue ese experimento de cine de serie B que era Death Proof. Este film completamente libre no a todo el mundo le hizo gracia. Pero si hay una cosa que, objetivamente, debe despertar admiración es la aparición de Sydney Tamiia Poitier en Death Proof.

Si todas las mujeres tarantinianas que se asoman por Death Proof son dignas de mención (Rosario Dawson, Zoey Bell, Vanessa Ferlito...) Poter se lleva toda las miradas. La interpretación de Sydney Tamiia Poitier va más allá de cualquier método interpretativo, lo suyo es una cuestión de magnetismo físico. Por eso Tarantino (un especialista en hacer grandes inicios de películas) le concede la responsabilidad de que ella nos conduzca por el principio de Death Proof. O mejor dicho a sus piernas.



Absolutamente kilométricas, gigantes y fascinantes, sostienen a todo un personaje chulesco y orgulloso de haberse conocido. Uno puede imaginarse con quince años viendo Death Proof en una doble sesión de serie B, y entre trago y trago de una Coca-Cola bien fría se queda prendado del poderío y arrogancia que muestra Sydney Tamiia Poitier en pantalla. Una de esas mujeres que huelen a peligro desde la distancia pero de la que no te puedes alejar. Si su padre Sidney Poiter era el orgullo negro ella no se queda atrás porque lo lleva en los genes. En los pocos minutos que está en pantalla se nota que ha venido a dominar a todo el mundo. Sin concesiones. Después de esa hipotética visión, uno se iría a comprar un póster gigante de Sydney Tamiia Poitier en Death Proof . Aunque habría un problema. Encontrar una pared donde cupieran las eternas piernas de Sydney Tamiia Poitier.

19 agosto 2009

John Dillinger y Michael Mann, dos almas románticas

- Enemigos públicos - (Michael Mann, 2009)





En un momento de Enemigos públicos, John Dillinger se ve acosado por el paso del tiempo. Robar bancos está pasando de moda y toca practicar otro tipo de delincuencia igual de sucia, utilizando un despacho y un teléfono para actividades ilegales (en ese caso apuestas). Aún asi Dillinger seguirá con su clásico robo a mano armada. Por otra parte podemos observar que la escena grande de Collateral transcurre en una discoteca posmoderna (legendaria escena del tiroteo) o que Corrupción en Miami ocurre en la nocturna y decadente ciudad de Florida. Con esos antecedentes Michael Mann no parecía el director más idóneo para dirigir un regreso al cine negro de los años 30. Pero Mann como Dillinger es un romántico en lo suyo. Aunque sean otros tiempos u otras formas permanecen fieles a su forma de pensar y actuar.

Michael Mann no vacila al rodar Enemigos públicos. Tenemos su pulso nervioso, su cámara al hombro y sus primerísimos primeros planos para contar la historia de John Dilinger (todos sabíamos que el personaje de Bale iba a ser una especie de florero). Parece que en Enemigos públicos, Mann ha encontrado la película perfecta para volver a ser él mismo. Como Dillinger. él es un fuera de la ley, un hombre de Hollywood que hace películas aparentemente comerciales con megaestrellas (Tom Cruise, Jamie Foxx, Will Smith…) pero intentando dejar su huella. Y en Enemigos públicos la deja porque toda ella tiene un clima extraño y decadente. Hay violencia y acción pero la cámara de Mann siempre va a por los personajes para saber cómo sienten. Entre ellos destaca un poderoso Johnny Deep que vuelva a demostrar que por mucho que se le haya tachado de extravagante en realidad tiene la fuerza de un actor clásico.

No es casualidad que dos de las mejores escenas del film se produzcan en un cine. Enemigos públicos huele a cine puro. A una película que podría llegar a ser un clásico del séptimo arte moderno.

. Una estrella del crimen (Javier Ocaña, El País)

. Demasiado bella, demasiado simple (Jesús León, Blog de cine)

. Clásicos digitales (Jesús Manuel Rubio, Las horas perdidas)

17 agosto 2009

Música de cine: 24 hour party people. De fiesta en Madchester



Cuando estas en Manchester no parece ser una ciudad que tenga nada especial. Una localidad inglesa que no parece ni bonita ni fea, no inspira ni frío ni calor. Pero, como pasa con todo, si paseamos con los ojos abiertos podemos encontrar historias apasionantes donde parece no haberlas. Hay en Manchester un edificio llamado Affleck's Palace que en realidad es un compendio de tiendas con productos no muy caros (discos, ropa...) Como si fuera una iglesia tiene unas vitrinas que recogen mediante unos dibujos a personajes importantes de la ciudad, uno de ellos esconde una historia apasionante de Manchester, Tony Wilson. Wilson, fundador del sello musical Factory Records, periodista, estrella televisiva..., fue uno de los artífices de uno de los movimientos musicales más importantes europeos en los años 80 y 90 llamado Madchester. Por la ciudad inglesa pasaron grupos como Happy Mondays, Joy Division, The Smiths... marcando un hito en la historia de la música. Y todo esta historia merecía un hueco en el cine con el mejor narrador posible Michael Winterbottom que se saco de la manga 24 hour party people.

En Manchester fueron años de nervio, movimiento, música y baile. Por eso Winterbottom optó por alejarse de la narración pura y dura e inventarse una película que es una especie de falso documental narrado por el propio Tony Wilson (soberbio Steve Coogan). En 24 hour party people podemos ver el frenesí de esos años donde se logró mezclar la belleza de las letras pop con la locura de las pistas de baile. El lugar donde convivieron genios absolutos como Ian Curtis o Shaun Ryder. Todo Manchester fue un ciclón de música, velocidad y drogas. No se puede saber si 24 hour party people es una comedia o es un drama. Va demasiado deprisa para que nos demos cuenta. Pero lo que si sabemos es que es film que destila amor por la música por los cuatros costados, el mismo amor que tiene Tony Wilson. Y no se ve porque aparezcan más o menos canciones. Se siente por la importancia que da Winterbottom a la música. Sólo hay que ver como se reverencia las figuras de Curtis y Ryder por encima de sus problemas uy vicios personales. Genios antes que nada. Como narra el cambio vital que produce esa música en la ciudad que saca a la gente a las pistas de baile (mítico club The Haçienda). Y, especialmente, habla de esa figura que es Tony Wilson cuya vida es música. No importa qué tiene que hacer o cuanto dinero debe gastar. La música mueve todo su mundo, es imposible no contagiarte de su espíritu suicida.



24 hour party people es tan vibrante como esos años que se vivieron en Manchester. No va de cine es una canción en si misma. Y parece escrita por el mismo Shaun Ryder. Con su mismo talento, su idéntica pasión por la diversión y el exceso. 24 hour party people es la canción que deberían poner en todas las discotecas para recordar lo grande y divertida que puede ser la música. ¡Hallelujah!

14 agosto 2009

Joyas a reivindicar: Jóvenes prodigiosos. Genios inadaptados



Así es el cine y la vida. Curtis Hanson paso de ser un buen artesano a un maestro en poco tiempo. La adaptación al cine de la novela de James Ellroy, L.A. Confidential, le dio (merecidamente) un sitio entre los grandes. Y no sólo por su éxito sino por el respeto que infundió a todo el mundo por la manera tan soberbia de realizar una película de cine negro tan clásica como moderna. Y después de la tormenta llega la calma. La siguiente película de Curtis Hanson marcaría ante quien estábamos y qué podíamos esperar de él. Y , para algunos, la experiencia fue más que satisfactoria. Volvía a confiar su suerte en adaptar otra novela de un moderno novelista genial como es Michael Chabon. El reto se llamaba Wonder Boys. Pero esta vez tenía un material delicado, una especie de drama con toques cómicos lleno de personajes extravagantes y en el filo. Fuera gangsters, policías y violencia y dentro personajes perdidos y, a veces, indescifrables.

Jóvenes prodigiosos es una de esas joyas que pasan por la cartelera sin hacer ruido. No fracasan, tienen buenas criticas y cazan alguna nominación a grandes premios. Pero no se les da el suficiente valor que se merecen y se pierden en la historia. La película de Hanson huele a oportunidades perdidas, a personajes que conviven con su fracaso diariamente como es ese Grady Tripp que interpreta magistralmente Michael Douglas (su mejor papel, por encima del Gordon Geckko de Wall Street). Alguien cuya crisis de creatividad pasa precisamente por no saber finalizar una novela sin sentido con cientos y cientos de paginas. Mientras que su anterior libro pasa por un clásico moderno, él no sabe como finalizar el siguiente, ¿Hanson se hacia una autometáfora con su L.A. Confindential? Él es el motor de una película que tiene un merito esencial, ser distinto a buena parte del cine USA que nos llega. No tener miedo en narrar (con el eficaz trabajo de Hanson en la dirección) todo el periplo surrealista que lleva a Tripp a tocar fondo. La muerte de un perro, el robo de la chaqueta que pertenecía a Marilyn Monroe, lios con amante y esposa... todos esos “problemas” lo único que nos traslada es a la rotura del sueño americano. Un genio frustrado sin rumbo en su vida que sólo puede vivir de un éxito en su vida, su primera novela.



También es clave la interacción de su personaje con el James Leer que hace un genial Tobey Maguire. Joven mentiroso, extraño y genial, tanto como lo es el personaje de Tripp. Y los dos completamente perdidos. Jóvenes prodigiosos habla del fracaso pero se aleja de visiones depresivas y realistas que podía hacer cualquier otro director. Ni Hanson ni su guionista (el gran Steve Kloves) son tontos y se apoyan en el personal mundo de Chabon para retratar la tortura que puede ser tener todo el talento del mundo sumado a la confusión que nos aporta una sociedad caótica (y ni la marihuana puede evadirte de él como intenta) Y lo hace de una manera elegante, ágil y, a veces, divertida. Jóvenes prodigiosos es una joya rara, distinta y tan genial como los personajes que en ella habitan. Se merece una reverencia como la que hace Tobey Maguire al final del film. Bravísimo, señor Hanson.

12 agosto 2009

Invencible romanticismo



Rubber Soul era una tienda donde a poco precio podías alquilar toda la música que quisieras. Allí iba yo todos los fines de semana a descubrir nuevos mundos musicales. Hasta que el mundo actual le supero y tuvieron que cerrar. Internet les gano la partida. En su despedida vendieron a precio de saldo todos los discos que tenían. Y allí compré por 3 euros, Una semana en el motor de un autobús de Los Planetas. Estaba claro que era un proyecto con un alto contenido romántico. Sólo hay que ver que sigue en pie. Ya no alquilan, ya no hay música....pero sigue. En el mismo sitio, con su cartel. Cerrado pero está ahí. El mundo cambia pero Rubber Soul está en pie.

08 agosto 2009

Series de cine: The Big Bang Theory. Geeks contra el mundo real



Hay unos detalles que en un principio puede provocar que uno se eche para atrás para comenzar la visión de The Big Bang Theory. Uno de los creadores, Chuck Lorre, está detrás de una de las más horribles sitcoms que se han realizado en los últimos años, me refiero a Dos hombres y medio. Otro apunte sería que el argumento podría ser tan interesante como peligroso. La serie podía caer en el error de convertirse en una sucesión de chistes fáciles y parodias absurdas sobre los, a veces mal llamados, geeks o freaks. Vamos, ser una especie de La revolución de los novatos en versión serie.

Todos esos miedos se van desde la visión del primer capítulo. Una vez superado un cierto corte juvenil, The Big Bang Theory se presenta como una sitcom fresca, con ritmo y mucha, mucha inteligencia. Su principal mérito está en haber creado unos personajes que crean adicción. A veces inteligentes y otras insufribles, son hechos con una capacidad para transmitir ternura a través de un cierto patetismo que transmiten sus vidas llenas de ecuaciones y teoremas. Entre todos ellos destaca, como no, el ya mítico personaje de Sheldon Cooper (Jim Parsons). Grandioso genio, ególatra insoportable y autista emocional. Creado para quedarse como una leyenda dentro de la sitcom norteamericana es interpretado con tanta inteligencia como su personaje por Jim Parsons que jamás cae en la sobreactuación o la parodia fácil.



Pero un personaje mítico necesita siempre estar bien acompañado. Leonard Hofstadter (Johnny Galecki), el protagonista argumental de la serie y el único con los pies en el suelo que asume cierto patetismo en su vida. Culminado con dos buenos contrapuntos cómicos como son Howard Wolowitz (Simon Helberg) (los duelos con su madre invisible y dictadora son épicos) y Rajesh Koothrappali (Kunal Nayyar), el perfecto contrapunto exótico. El remate de estos personajes es explosivo...nunca mejor dicho. Penny (Kaley Cuoco)..., una mujer diez que acerca a la cruda realidad a este grupo de geniales mentes.

The Big Bang Theory no aspira a ser una sitcom de grado superior como Seinfeld o The Office. Sus argumentos no son lo más novedoso del mundo no saliéndose del guión de la comedia de situación pura y dura. Pero sí lo son sus personajes que tienen que vivir permanentemente en dos dimensiones: la de su realidad, con términos como Halo (según Sheldon un juego que proporciona más placer que el sexo) , Einstein, Teoría del Big Bang, Star Trek, Tolkien, Klingon... y la realidad “de verdad”, donde conviven el la decepción, el fracaso amoroso, la incapacidad de mantener relaciones sociales, la falta de sexo... Entre risa y risa, The Big Bang Theory plantea que la supervivencia en este mundo es dura. Por mucho coeficiente intelectual que tengas la vida siempre te supera.

05 agosto 2009

La aventura interior

- Up - (Peter Docter y Bob Peterson, 2009)





Viendo Up parece obvio que les gustó la experiencia anterior con Wall.E. Con la película de Pete Docter y Bob Peterson, la compañía vuelve a intentar una operación arriesgada. Transmitir la emoción más pura a través de las poderosas imágenes Pixar. Y, obviamente, lo consiguen sin despeinarse. Aunque Up tiene una parte de aventuras, con ese Charles Muntz que parece un Capitán Nemo verneniano en versión terrenal, lo grande de la película es la calma (como pasaba en Wall.E) con la que la historia fluye. No es extraño que la historia la protagonice un anciano, porque Up va de sentarse en una butaca y paladear sensaciones y colores.

Up utiliza los argumentos de realizar los sueños que nunca hacemos, esos viajes que se nos olvida o no nos atrevemos a realizar. Ya sea a Sudamérica, Paris o Madrid. Pero también habla sobre la esencia de la felicidad. A veces los objetivos que tenemos en la vida cambian y la felicidad la tenemos más cerca de lo que creemos. La cotidianeidad puede ser una especia de nueva aventura interior. Y por eso es tan grande Pixar. Tener un maravilloso icono como esa casa voladora con miles de globos en su chimenea no es lo más importante. Lo esencial es porqué Carl Fredricksen viaja en esa casa. La aventura, la trama sólo es una apunte, lo importante son los sentimientos. Y más en este Up, que es la aventura más sentimental de todas las de Pixar.

Aunque Up, en mi opinión, se sitúa un escalón por debajo de la emoción de Wall.E y dos de la perfecta conjunción de elementos (guión, realización...) de Ratatouille supone otro paso mas de la Pixar hacia el cielo cinematográfico. Ya no piensan en hacer películas para niños o adultos. Hacen SUS películas, la gente acude a ver Pixar tengan la edad de Carl o Russell.Ellos son los reyes del mundo. Como rey es un Michael Giacchino que poco a poco sube escalones en el Olimpo de los grandes compositores contemporáneos.

. "Up", vaya tela con Pixar (Tellez, Buenos días, buenas tardes y buenas noches)

. Gracias "Up": esto no es cine, es magia (David Cacho, Grupo Salvaje)

. Up: Pixar sigue en lo más alto (Holden Caulfield, La última película)

04 agosto 2009

¿La justicia? Depende del día



Reacción de Francisco Camps ante la publicación del auto del Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJV) que le ha exculpado del caso Gürtel por cohecho: “mi máximo respeto por la decisión”. Antes el señor Camps no respetaba el trabajo judicial en la investigación del caso Gürtel.

Resumen, la justicia está bien cuando nos beneficia. Gran ejemplo de un mandatario. Otro día, Canal 9.

02 agosto 2009

De vacaciones infernales con Sam Raimi

- Arrástrame al infierno - (Sam Raimi, 2009)





Es de una lógica aplastante la existencia de Arrástrame al infierno en estos momentos. Imbuido por completo en el mainstream arácnido, Sam Raimi necesitaba tomarse unas vacaciones. No coge sombrero ni sombrilla sino monstruos y demonios. Si Raimi logró imbuir de elasticidad y movimiento las dos primeras películas de Spider-Man en la tercera comenzaban a notarse síntomas de cansancio. Raimi dejaba de ser Raimi a marchas forzadas. Y, para rematar la faena, Spider-Man 4 ondeaba en el horizonte. Por eso necesitaba en descanso estival volviendo a las posesiones infernales que le dieron un nombre en medio mundo.

Arrástrame al infierno se olvida de la moda del terror psicológico que, algunas veces, es más un engañabobos que una experiencia terrorífica. Aquí hay demonios, brujas, infiernos, desesperación...en definitiva terror. Puede ser que uno esté cada vez más preparado para estas cosas pero es sanísimo encontrarse con una vigorosa película que busca el miedo directo. Sin trampas ni dobleces, un monstruo es un monstruo y una bruja es una bruja. Y tienen que dar miedo, y la protagonista debe sufrir, gritar y chillar. Todo eso aderezado con la cámara elástica de Sam Raimi (fabulosos momentos como la pelea en el coche o la parte final en el cementerio) olvidando cuitas argumentales (todos sabemos lo que hay en el maldito sobre). Se nota lo mucho que ha disfrutado el director de volver al principio.

Arrástrame al infierno es hora y media de ese terror que algunos directores ya no quieren hacer. O bien porque reniegan o se avergüenzan. Para volver a ello Raimi se ha ido, como debe ser, directamente al infierno para goce de todos nosotros. Pero esas vacaciones infernales se le han acabado. Ahora a preparar Spider-Man 4 con la mirada de los productores de Hollywood en su nuca ante cualquier error. ¿Dónde está el infierno Sam?

. Maldiciendo a la banca (Jordi Costa, El País)

. Arrástrame al infierno, o ¿quién teme a la hipoteca feroz? (Sergi Sánchez, Canal TCM)

. Ola de sustos (Beatriz Martínez, Miradas de cine)