11 abril 2009

Ian Curtis contra Ian Curtis

- Control - (Anton Corbijn, 2007)





Hace unos años salía del cine entusiasmado. La razón es lo mucho que había disfrutado de la película 24 hour party people. Un amigo mío que también había visto el film quiso frenar mi euforia. Esta persona se mostraba indignada por el tratamiento superficial y frívolo que el film de Winterbottom daba al personaje de Ian Curtis. Aunque no estaba del todo de acuerdo con él entiendo que el líder de Joy Division se merecía una película que de verdad supiera adentrar en su mundo. Creo que mi amigo estará satisfecho con Control.

Ian Curtis no es un personaje sencillo. La música de Joy Division tampoco. Como no lo es ni Inglaterra ni Manchester. Por eso no podemos exigirle a Control que sea una película completamente accesible. Anton Corbijn ofrece uno de los trabajos más increíbles en cuanto a tratamiento de la imagen que yo he visto en los últimos años. Un blanco y negro cuidado hasta el extremo. Una belleza oscura acompaña cada fotograma de Control. Toda para llevarnos al mundo de Ian Curtis. O más bien intentarlo porque es un mundo impenetrable.

El biopic es el biopic y ni siquiera el tandem Corbijn-Curtis puede evitarlo. A veces da la sensación de que vemos partes de la vida de Ian Curtis y Joy División sin profundizar mucho en ellas. Las imágenes son poderosas pero, a veces, parece que le cuesta llegar más halla de esa “belleza oscura” que he dicho antes. Pero la cosa no siempre es así y mejora. Poco a poco un (extraordinario) Sam Riley se hace con el papel y desaparece el actor para volver a encontrarnos con Ian Curtis. Sólo hay que ver las actuaciones del grupo (¡aleluya las canciones están subtituladas!) para infundirnos una especie de escalofrio. ¡Ian Curtis ha resucitado!

El camino elegido por Anton Corbijn es quizá el único que podía tomar. Mostrarnos a Ian Curtis, su mirada, su corte de pelo...y dejar que nosotros mismos sepamos entender su continua insatisfacción con su matrimonio, con su amante, con la música, con el mundo... Su lucha contra él mismo. Anton Corbjin ha hecho la película que había que hacer sobre Ian Curtis, con sus errores y aristas. Por eso hay que seguirle la pista a este director. Siempre y cuando sus películas no tarden varios años en estrenarse como ha pasado con esta Control

. El cordero del sacrificio (Diego A. Manrique, El País)


. Nunca es tarde si la peli es buena (Álvaro Vega Rico, Cinematical)

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