16 septiembre 2008

Joyas por descubrir: Banderas de nuestros padres. La guerra. La de verdad



Cuando Clint Eastwood estrenó su díptico sobre la batalla de Iwo Jima que formaban Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima , todo el mundo se quedó con la segunda. La estupenda visión japonesa que era Cartas desde Iwo Jima se llevó la atención del público y, sobre todo, la crítica. Cartas se llevó los premios, las nominaciones al Oscar... No obstante era una visión más poética y cinematográfica de la batalla. Banderas de nuestros padres quedó relegada a un segundo plano sufriendo la ignorancia del mismo público y crítica que ensalzaba a Cartas desde Iwo Jima.

Esa situación es una terrible injusticia que seguramente el tiempo compensará. Cartas desde Iwo Jima es una maravilla, perfectamente realizada pero para hablar de GUERRA hay que mirar a Banderas de nuestros padres. El primer film que dirigió Eastwood sobre Iwo Jima habla de lo que es la guerra de verdad, dentro y fuera del campo de batalla. Las escenas de la lucha en la isla son magnificas y veraces pero donde se libra la verdadera lucha es fuera de la isla japonesa. Eastwood narra con una sinceridad devastadora la estupidez que es la lucha armada. Y lo hace sin demagogias ni prejuicios. Muestra una sociedad absurda que vanagloria a unos soldados que izaron una bandera mientras olvida al resto que está luchando. Clint Eastwood nos enseña lo que es la guerra de verdad, unos dirigentes que jamás ponen en peligro sus vidas manejas las vidas de unos pobres chicos que sólo intentas sobrevivir. Y sobre todo pone en tela de juicio el heroísmo. Como el mundo nos impone unos héroes, nos dice a quien y cómo debemos admirar a una persona. La manipulación vergonzosa que sufren los soldados de la bandera es la que sufre la población civil día a día. Y Eastwood lo hace a pecho descubierto, con una amargura sin fin. Por eso la película fracasó. Era demasiado amarga y sincera con temas tan delicados como el heroísmo y la guerra. El tiempo descubrirá esta gran obra, no por ser dura en sus escenas de batalla sino por ser implacable en el juicio a nuestra sociedad.

La película se abre con la frase: “Muchos imbéciles dicen saber lo que es la guerra. Especialmente quienes no han estado en ninguna” Un homenaje a una gran imbécil de nuestros días, Sarah Palin .

3 comentarios:

TonyMontanaLuque dijo...

Por fin, alguien que ensalza esta grandísima película. Soy de los que piensa que no es una obra maestra, y es por una razón muy sencilla... o más bien dos: Haggis en el guión y Spielberg en la producción. Clint siempre tiene dos cosas claras en sus películas: escenitas lacrimógenas las justas y siempre, siempre, sabe cuando tiene que acabar la película. Haggis ya metió un par de escenas mal escritas en M$B que Clint hacía buenas debido a que es un absoluto maestro, y en Banderas... tiene varios errores, y, esto en participación con Spielberg, estira y estira la peli intentando alargar un poquito más las emociones, y los últimos minutos resulten forzados. La peli debía haber acabado cuando muere Ira y sería bastante mejor. Clint confió en Spielberg como productor y este le metió un par de goles.

Por lo demás, una gran peli, muy valiente y, como bien dices, lo importante, a diferencia de Cartas desde Iwo Jima, que a mí sí me parece una obra maestra y, por tanto, mejor que Banderas... son las secuencias fuera de Iwo Jima, la guerra antes que la batalla. El uso el estado para crear héroes y regurjitarlos para lanzarlos al olvido. Los medios de comunicación, cómo abusan de sus creaciones hasta reventarlas... pero esto sólo son capaces de hacerlo los americanos. No me veo yo una peli española siendo capaz de criticar a republicanos y fascistas por igual en la guerra civil... un díptico brutal, y que se complementan estupendamente una a otra, porque en ambas se ve cómo son los héroes y cómo se forman, pero con sus diferencias: en América es todo imagen pero con fondo vacío y en Japón el honor está por encima de todo, y la muerte es el acto más heróico en combate... imprescindible, sencillamente.

Yo no soy Paul Avery dijo...

Creo que lo que hace grande a Banderas... es precisamente ser irregular. No es redonda, no es una OBRA MAESTRA como El apartamento o El padrino. Esas son perfectas. Pero Banderas... tiene aristas, es incómoda...Y esa incomodidad la hace tan especial.

Xavier dijo...

Vi Banderas... el año pasado, pero no he visto Cartas. Tengo que volver a verla para recordar los matices pero sí me dejó un buen regusto. Sobre todo por el tema que comentas: la creación de héroes o de mitos incluso a los que apelar en tiempos difíciles, cuando ellos mismos no se consideraban poseedores de tal honor.

Pero no olvidemos que es una película que critica la guerra y muestra las miserias del bando americano, que hoy sigue actuando igual. Por eso no triunfó, por escupir verdades a la cara.

La apunto para verla de nuevo.